Ay! amores... Ay! pesares... Ay! fantasías... Ay! vivezas... Ay! resquemores... Ay! vacilaciones... Ay! titeres...
Parece insondable la necesidad de amar... pero sólo es un peldaño más en la piramide de las necesidades, el peldaño que regenta el vértice es la autorealización. Las personas viven inmersas en esa piramide desde tiempos inmemoriales y mientras que el mundo y su exigencia cambia, los triceratos de corbata y traje.... y los escondidos tras otros ropajes, se empeñan por resucitar una mentira. Menos mal que no todo es amor y simpleza. El auténtico amor no lo entiende cualquiera, porque cualquiera siente el amor pero el intrincado laberinto de libertad y esclavitud que encierra sólo se encuentra al alcanze de un verdadero romántico, por lo que no es de extrañar que el auténtico amor se reserve para unos pocos.
Porque los puros de alma, son altruistas y filántropos a los que llaman egoístas y narcisistas.
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