Mi Luna sigue menguando y a punto está de desaparecer
siento que paso el día en la cama para dejar reposar mis sentimientos
y como si de un vino de reserva se tratase
degustarlos justo antes de llegar a odiarme y justo después de torturarme.
Soy de los que dan toques al caer la noche
de los que a veces se comunican con un silencio
de los que no esperan nada a cambio de todo
e hipócritamente esperan que reaccionen con un todo a lo que en realidad no fue nada.
***
***
Mis lágrimas son amigas de la verdad
Mis lágrimas repudian todo consejo
Mis lágrimas aborrecen la soledad
Mis lágrimas aman y recorren largos caminos
hasta desembocar en un mar de idealistas corazones
Mis lágrimas blanden espadas, luchan, no por la libertad
sino por amor.
Son perseguidas sin tregua por cada pensamiento
cada recuerdo, por cada segundo que mis ojos permanezcan abiertos
son perseguidas por el rencor y por la sinrazón.
Perseguidas porque fueron condenadas.
Condenadas a no tener vida
Condenadas a padecer por alguien a quien no pueden ver
ni pueden reflejar en su transparente naturaleza cristalina
Condenadas a surcar el rostro de alguien que se atrevió a amar
Condena perpetua a soñar que seguirá siendo un sueño
un sueño tan ardiente como el Sol
tan alto como el cielo y tan lejano como la mismísima libertad.
Un sueño que surqué para luego ser empujado allí donde mis lágrimas desembocan como un rio… al vacío, al olvido, al Nunca Jamás que habríamos construido.
***
El dolor puede tener diferentes formas, puede ser pesado como un castillo o sutil como un veneno, pueden ser palabras, sentimientos o razones, el dolor puede ser depredador nocturno de nuestras ilusiones, puede ser justo, injusto o indiferente. Puede tener un rostro e incluso oler al perfume del desamor. También puede ser expresado con palabras, con el gesto de un semblante, una imagen, un recuerdo o cientos de lágrimas. Pero es el dolor que no puede ser expresado, aquel dolor que no “es” para nadie excepto para el que lo padece, el más cruel y desgarrador, aquel que se instala en el fondo de nuestra alma y la arrastra hasta conseguir ahogarla.
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