jueves, 10 de noviembre de 2011

MIRANDO A DONDE AÚN NO SUCEDIÓ

"...e hiciera que ellas también lloraran" KP.

   Perdiste, perdiste hasta no dejar la más mínima posibilidad de poder remontar el vuelo. Pintaste de nácar los pulgares de la gente que te los bajó. Soñaste con un dormitorio de papel, con un mapa para entrar y colarte en cualquier cárcel. Odiaste a la libertad de poder elegir, porque elegiste y como bien ya sabes... perdiste. 

   Nunca olvidarán como se llegaba a apoyar tu cabeza sobre mi hombro, no olvidarán el camino hasta aquel lugar donde fuiste feliz, tus alas no lo olvidarán. Y si lo hicieran, yo mismo me encargaría de no dejarte volar, me haría un abanico con cada una de las plumas de tus alas, un abanico que no agitase el aire, sino las conciencias. 

    No te perdiste en el camino, te perdiste en la línea de meta, no sabes si es el final o el principio, no sabes si ya diste tu primer paso o aún no lo hiciste. Pero no te preocupes, no hace falta que salgas de dudas, hoy el juez de salida no apuntará al cielo sino a tu sien... sinceramente, espero que las balas de fogueo lleguen al menos a tu alma, a ver si así la despiertan, o que coño, ¡a ver si se la cargan!

    Mirando al cielo te digo todo esto. Mirando al cielo te he maldecido, te he odiado, te he llorado e incluso te he aborrecido... mirando al cielo.
Mirando a dentro no te digo nada. Mirando a dentro te he amado y solo eso: Te he amado. Sin puntos suspensivos, sin dudas, sin palabras, solo mirando a dentro.

    Mirando a donde aún no sucedió, y es que me adelanto... aún ni te conocí, no sé quién eres ni cómo, ni dónde estás, pero sé que te haré sufrir. Lo sé porque aunque no te conozca a ti, si me conozco a mí. Al menos a la parte de mí sin venda...

    Si eres tú y estás ahí, si lees estas palabras y lo único que provocan es hacerte sonreír y un “no será así, exagera”. No te creas, no te escuches, sal de aquí... Porque fui yo quien bajó el rastro de pulgares que tú te encargaste de pintar en nácar, fui yo quien convenció al viento para que cuando lloraras él empujara las nubes sobre ti e hiciera que ellas también lloraran, fui yo quien preparó un festín e invitó allí a la señorita casualidad para que nunca, ¡nunca! te encontrara y nos hiciera coincidir; fui yo quien paró tu tiempo justo cuando los mirabas, a ellos, a todos los que creíste enamorar, fui yo quien mantuvo tu mirada. Fui yo quien puso portazos donde tú solo pusiste puertas. Fui yo quien hacía que te quedaras sin cobertura cada vez, que al despedirte, decías un “te quiero”, fui yo quien te hizo no escuchar ningún “yo también”. Fui yo quien secó tus lágrimas con descuidos. Fui yo quien acarició tu mejilla con cada olvido. Fui yo quien te agarró del pelo justo antes de que saltaras de aquel rascacielos. Fui yo quien puso el folio y el boli en el sitio adecuado para que los encontraras cuando tus amores te hubiesen traicionado, fui yo quien te ayudó a escribirles un “adiós” sin “hasta luego”... Porque fui yo quien te puso en medio al mundo entero, por eso no quiero conocerte, porque prefiero no verte a odiarte siempre... y porque fuiste tú, quien con amor, pintaste ese maldito “Co” delante de mi “razón”...

2 comentarios:

  1. I can´t make out the depth of your thoughts,
    I can´t find the key to your feelings,
    but it doesn´t matter...
    Your words can make my soul fly,
    your words can make my heart smile,
    that´s all that matters...

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu comentario. Tus emociones son, para mí, razones para seguir. Un saludo!

    ResponderEliminar