viernes, 4 de noviembre de 2011

VIGÍA DE TU SONRISA

- No lo entenderías
- Que típico. Dime, por qué no lo entendería
- Porque tú no colgaste tu confianza entre sus dedos, como cuando cuelgas un abrigo pesado de un perchero. Ni nadaste, durante meses, entre los cielos de sus ojos. No estudiaste la melodía de su voz para darte cuenta de que no hablaba, que no era su voz, sino la de su alma. No tuviste la oportunidad de perder cientos de oportunidades para estar con ella. No tuviste la certeza de ser un desgraciado por no haberte cruzado con sus dos cielos antes, mucho antes... No te enredaste entre los tonos grisáceos de tu preocupación y luego solo encontraste consuelo en el número de su móvil. Tú no odiaste el escucharla por móvil, sólo cuando ella pudiese, no fuiste los únicos susurros que ella escuchaba al caer del cielo el Sol, la Luna y hasta las estrellas. No rendiste pleitesía ante la evidencia de su inteligencia. Tú no lo entiendes ni lo entenderías...
- ¿Y si lo hubiese hecho?
- Aún así... a diferencia de ti, yo estoy emocionalmente en coma, pero es un coma errante, va y viene, solo percibe algunas cosas, y sólo alguien en mi estado podría ver la grandeza de alguien como ella. Sólo alguien que carece de lo que tanto ella ansía ver, podría entender mi alabanza a su persona, podría entender el porqué hago esto.
- ¿Y crees que aún así, aunque todo lo que digas sea verdad, aunque sientas que “sienses” hacerlo, aunque lo hagas... ella lo encontrará? ¿Sonreirá?
Me agaché y entre dos piedras, en una de las grietas de aquel antiguo y sabio puente escondí mis palabras.
- Lo hará, lo encontrará, sonreirá... – al imaginarlo, yo también sonreí- ... y conociéndola, se le antojará un tesoro. Nada más lejos de la realidad
- ¿Acaso no lo es?
- Claro que no. Pero es curioso, un tesoro encuentra algo mundano entre unas rocas y cree haber encontrado algo de valor... es curioso. Ahn! se me olvidaba, hay una razón más importante, si cabe, que el resto de razones, por lo que no entenderías lo que hago.
-¿Cuál?
- Tú no la has besado
- ¿Y tú sí?
Me alejé de aquel antiguo y sabio puente, justo antes de perderlo de vista, me di la vuelta y le dije mientras me despedía:
- Con cada palabra, viejo amigo... lo hice con cada palabra
Allí quedó él, como vigía altivo de aquella bella ciudad, siempre admirado, construido con cada roca que lo mereció. Rocas que, en aquella mañana, me hicieron el favor de custodiar... tu sonrisa.

2 comentarios:

  1. - ¿Qué pasó aquella tarde?
    - Alguien la descubrió cerca del antiguo puente. Solía caminar sola, con semblante triste, como esperando a quien no llegaría.
    - ¿Y qué tuvo de especial aquella tarde?
    - Esa tarde parecía diferente... sentada sobre una roca sostenía algo entre sus dedos, algo que acababa de sacar de una de las grietas de aquel sabio puente, acunaba en sus manos un puñado de palabras. Las contempló durante un momento, comprendiendo rápidamente que esas letras no eran para ella, pensó abandonarlas, quizá habría sido lo más justo, pero no podía dejarlas allí... ella las había encontrado, ¡había encontrado un tesoro!
    - ¿Qué vio en ella que tanto le conmovió?
    - No pude evitarlo, me quedé observándola, quería ver la locura en su cara, como otras tardes, pero al girarse contemplé un rostro distinto, hermoso, algo que nunca antes vi... ella SONREÍA, llovía en sus cielos, pero la lluvia mojaba una bonita sonrisa en sus labios, una sonrisa que pocos conocían. No quitaba los ojos de sus manos... parecía feliz, sabía que no podría conservar aquel tesoro, que no le pertenecía, pero ya no le importaba, había encontrado más de lo que esperaba, seguramente más de lo que merecía...

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  2. Nunca se encuentra más de lo que se merece, ni se merece más de lo que se es capaz de soñar.

    Un saludo anonim@! :)

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