domingo, 15 de abril de 2012

CANTANDO

   En el día internacional del Mundo, o algo parecido, a uno de nuestros profesores se le ocurrió la “brillante” idea de mandarnos hacer un dibujo como deberes para casa. Teníamos que plasmar en él, la historia de la humanidad, es decir: un dibujo que representase el paso del hombre por la Tierra.
   Yo dibujé algo parecido a esto: 




  Tuve luego que explicarle porque la jaula era de color oro (dinero), porque tenía forma de campana (religión), porque el  pájaro estaba gordo (opulencia), o porque no tenía bebedero (condena)...
   Supongo que dio por hecho que el pájaro somos tú, yo o cualquiera que haya pasado por aquí. Que sus alas encogidas e inutilizadas para siempre, simbolizan la libertad, y que el canto, que seguro hará, sería cualquiera de las formas en la que nos expresamos en esta particular jaula en la que hemos convertido el Mundo.
  Sé que tendría que haber rodeado la jaula con algunas moscas acercándose al olor a podrido, en honor a los millones de seres animales de todas las especies, incluida la nuestra, que hemos maltratado, asesinado e incluso extinguido. Y debería de haber puesto una columna de humo saliendo del comedero, simbolizando la contaminación de nuestra tierra, al fin y al cabo, de donde mana nuestro alimento. Pero todo eso son cosas que aprendí después. La escuela primaria y mis fantasías me hacían de venda.

   Hoy nuestra venda tiene un nombre: indiferencia. Y un color: el de nuestros ojos.

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