viernes, 8 de noviembre de 2013

CARCOMA

2:20 a.m
He sido pacto entre almohada y escenario.

La inspiración siempre llega tarde
y nunca llama dos veces.

Es de altura de lo que hablamos cuando nos miramos
Desde ahí arriba, hasta la sensibilidad de sus cabezas huecas
parece despierta.
Tejen telarañas los jubilados sobre el cajón de sus caprichos.
Es tarde ya y no hay sitio al que ir a llorar.
He pensado que al único al que merece la pena sobornar es al tiempo.
2:26 a.m.
He sido carcoma y he devorado tu estribillo.

Estoy triste por la palabra,
sigue perdiéndonos en una batalla inútil, histórica y obsoleta.
No se da cuenta de que quien la quiere como bandera,
no la quiere como viento;
quien la quiera como viento,
olvida su faceta de nota musical,
y quien baila con ella,
deja a un lado los sentimientos.
Es sólo una en cada uno,
cuando en realidad es todo, pero en ninguno. Incluso en el consciente,
en quien lo acepta.
Sólo en el muerto vive la verdad.

2:33 a.m.
Recuerdo el miedo a la oscuridad.
Antes reclamaba una luz donde ahora reclamo una piel.
Donde habitaba el miedo ahora vive el deseo.

Y la inspiración sin acercarse a mi habitación

Huele a todas las ausencias, incluida la mía.
Quien fuera blanco para ser mirado como los poetas lo miran.
Con esa ansia que está prohibida en misa. Ese deleite que sólo el río podría dibujar en su particular lienzo de ruido y vida.

Las heridas y las huidas,
útiles únicamente para quien nos cuida.
Las calles tristes porque ya no las sacas a pasear,
ni le cuentas aquellos cuentos de pisadas ligeras, lentas y despiadadas.

2:43 a.m.
Me despisté tirando unos minutos en twitter,
donde los poetas de pulgares se rompen la cara
por lanzar más alta su bengala. Sin ningún S.O.S.
pero con cientos de simulacros y alarmas.

Alguien toca a la puerta…
y yo con este sueño entre los dedos. 

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