martes, 14 de enero de 2014

DIFÍCIL



Qué difícil es escribir poesía con los dedos
que ya te han tocado.
Hablar de verdades
con el recién sabor amargo de la mentira aún en los labios.
Qué difícil es hablarte a la cara
cuando sueño con tu espalda.
Qué difícil es buscarte
cuando todo ha huido

Los pies son el abrigo de la vista del cansado,
las aceras son escurridizos pasadizos para el que caerá en el olvido,
y no hay cicatriz en este mundo que no siga cantando cuando nos hayamos ido,
mientras, nosotros, buscándonos
las cosquillas…
…sabiendo que en la orilla de esta isla
el desierto lo llevamos por dentro,
Todos, completamente vacíos,
Yo, eternamente muerto.

Camino,
piso de memoria
la memoria del camino,
y pienso en mis ganas de ser esa nota tuya,
que siempre olvidas, con la que desafinas,
la misma nota que se empeña en serte esquiva,
aquella nota que buscas
y que nunca olvidas

Sigo en esa ciudad de la que nadie habla,
a la que no llegan las cartas
y el tiempo ha erosionado incluso a los vivos.
El lugar desde el que escribo
está escondido
en ningún sitio.
Si hubiese mapa,
sería tu cama.

Estaba tan cansado que decidí hacerme el hambriento,
y en mi papel,
casi sin querer
me he comido a la esperanza, en la piel de la ilusión envuelta.
Temo que sea lo último que pierda,
pues es lo único que llevo dentro

Quiero que sepas, antes de que termine
lo difícil que es esta parte en la que nos despedimos
diciéndonos adiós
mirándonos a los ojos... sabiendo que mentimos.