sábado, 2 de julio de 2016

IMPRESCINDIBLES








El jueves conocí a dos mimos y entendí, quizás, como esos muertos de hambre nos alimentan más que cualquier centro comercial.

Madrid está de rebajas, rebajas de verano

Rebajas de verano
mendigo que pide, la palma bocarriba desnuda de su mano
exige quien lo coja y lo levante del suelo que lo ha visto caer,
no es por el peso del dinero que le das para comer.
Exige quien lo saque a bailar sin enseñarle el cómo,
reclama un nosotros,
no un: “toma y arreglártelas solo”.

Rebajas de verano
se rebaja el horario del candado y el chapado en los jardines del moro

Rebajas de verano
se acorta hasta a la mitad el tiempo entre “No, gracias” y “No, gracias”
dichos a los vendedores de cerveza en la plaza del 2 de mayo

Rebajas de verano
en la Almudena, se reduce la visibilidad de su fachada
marmórea y latente,
tanto,
que los ángeles de nuestro tiempo se inclinan ahora
ante la tez morena de quien apuñala el silencio
con un violín que exclama presente

El jueves conocí a dos mimos y entendí, seguro, lo imprescindibles que son y nos serán.
Son nuestro “también”,
nuestro “menos mal”,
y en tardes tan bonitas como aquella,
son nuestro “además”.