martes, 15 de noviembre de 2016

ASTEROIDE

Soy un asteroide.

Te has ganado todos mis simulacros de olvido
me has llenado los ojos de recuerdos asesinos
fabricaste mis olas
mi mar
y me dejaste a la deriva
me has atormentado las mareas
y has rezado para que no sobreviva

Ramera plateada obsesa de las despedidas
solícita urbe de vértigos y sueños rotos
amante, confidente, manipuladora celestina
eres el cajón de sastre de nuestros poemas
el saco roto de nuestras rimas

Te prometí,
te bajé del firmamento y te regalé a cada una que lo pedía.
Ahora sin ti navego en un mar improvisado,
sin marea,
sin faro.
Esperando que llegue el día en que te encuentre
¿Dónde?
¿Bañada en polvo escondida en una estantería,
afincada entre diarios, fotos recortadas y fina lencería?
o
¿abasteciendo los cementerios de ingenuos adolescentes,
regando de miedos las sombras de sus cipreses?

Te encontraré.
Porque no hay forma humana de evitar tu atracción.
Vuelo suspendido en una galaxia de infinitos,
soy una anécdota sin matices
esquivando planetas desconocidos,
planetas de sábados ajustados
de miradas furtivas y sonrisas premeditadas.
Hay vida inteligente aquí fuera,
y por eso mismo se mantienen,
lo suficientemente lejos de nuestra esfera.

Te encontraré,
chocaré y me reconoceré recorriéndote tus cráteres,
borrándote las huellas de astronautas oportunistas,
deshaciéndome de las banderas que te reclaman,
y si me dejas
dormiré en tu superficie,
giraré en tu órbita de océanos y mares.
Te velaré durante todos tus eclipses personales
giraré,
que digo giraré, ¡bailaré!
al son de tu música atómica.
¡Soñaré!
Soñaré con óleos y poetas,
y desde aquí abrazaré
a quien sin miedo a convertirse
en asteroide,
y siempre que estés llena,
prometa bajarte y regalarte.

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