domingo, 5 de noviembre de 2023

LAS DIEZ DE MONTE

De mi infancia he trasplantado las ortigas 
he alimentado las colmenas de mis desaires,
cuidado la silueta de mis aventuras en tierra ajena, 
salvado al loco que habitaba en las promesas que os hice.

Para saber llegar hasta allí he discutido con los majuelos;
he pisado barros amarillos, cienos y arados.
Seguí el camino de los cansados
las indicaciones retorcidas del olivo, 
el silencio frío del recuerdo. 

El tarareo de una madre,
los nudillos del abuelo tamborileando en el cristal
la sopa fría y las costillas asesinas,
¡me canto las cuarenta! 
los secretos del río, 
sedal, cuaresma, 
roscos y magdalenas,
¡me canto las veinte!
flores silvestres, 
salvajes y caducas
batallas de rocas, 
palos e ingenua lealtad
¡saco la muestra!
bocadillos de leche condensada, 
pesadillas de juguete
cabañas con cimientos de verde amistad
¡me canto las diez de monte! 

La astuta rata astrónoma que es el tiempo,
escondida en las laderas de mi infancia,
huye bulímica al verme escribir este poema
golpeando el recuerdo, 
queriendo ser futuro.