sábado, 7 de mayo de 2011

5- LO DICE: No todo lo que reluce es oro

Pobre de aquel que aún viendo nada ve, que oyendo nada oye y que aún entendiendo nada llega a entender.

De la cebada se obtiene un elixir, de un poco de arroz una base alimenticia, de un poco de alquitrán tenemos un camino entre dos personas y por mucho que los viejos refranes se empeñen, no todos los caminos llevan a Roma. Es por esto que la necedad de vivir entrampado entre los escalones de la vida misma se vislumbra como incoherente, como triste, como inútil...

Sutilezas de alegrías enmascaran un mundo de penas y desalientos, respuestas a un extenso periplo vital entre miedos, miedos irracionales. Porque la razón no la guarda una palabra ni la acogerá otra bien distinta, porque entre ritos sociales se pierde hasta el más pintado, porque querer ser superior a toda la banalidad no es un pecado aunque la religión se empeñe en hacernos creer que es así.

Amigo, que equivocado he estado... y que poca razón en tu camino has encontrado...

Equivocado por las palabras que en realidad no dijeron nada si no se usó el tono de voz adecuado, equivocado por los cientos de miles de personas que mueren sin realmente haber amado, equivocado de pensar que no estaba equivocado y equivocado por saber que lo estoy y no remediarlo. ¡Qué poca razón has encontrado! describes como un manantial de verdades innegables y fundadas en la razón unos sentimientos que escapan de ella, cayendo en la más grande contradicción. Afirmas saber algo, cuando el saber no se demuestra hablando, porque hasta el más insensible puede conmoverte fingiendo sentir algo.

Dicho sea de paso, que admiro tu increíble fe en la inteligencia emocional, pero debes saber que ser inteligente emocionalmente no es abandonarse a esas emociones sino ser más capaz de enfrentarte a cualquier cosa, incluyendo tu mundo interior, y ganar la batalla... yo se que libraste algunas, pero no se si saliste victorioso...

Yo he vivido el que un amigo te cuente una anécdota divertida mientras te propina un: "debiste haber venido". Yo he vivido el que la fuerza que me motivase fuese el amor.
Yo he vivido el vivir con miedo al no ser amado y el vivir sin él.
Yo he vivido el soñar despierto y que el sueño se haya hecho realidad.
Yo he vivido el que alguien te quite las ganas de continuar obsequiándote su opinión, cuando ésta ni vale de nada, ni la necesitas.
Yo he vivido la necesidad de querer ir más allá, porque superé el escollo odioso del amor y me regocijo con él.

Ahora como amante del ser humano te pregunto: ¿En tu afán por la reproducción se quedó tu instinto de supervivencia?

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