Por si acaso no te encuentro
ni te invento:
Ahorcaré infinitos al borde de eternidades,
sesgaré margaritas y quemaré incendios.
Cansaré caminos
atiborrados del polvo de los que no caímos
y de los que si lo hicimos.
Utilizaré desiertos
para secar gotas de rocío
que me recuerden a ti
y a lo que fuimos.
Vomitaré todas las sonrisas
que nunca te he visto.
Por que decir “ver”, me sabe a tan poco...
Inspiración mía,
que te balanceas en duermevela...
por si no te veo ni te encuentro,
por si te marchas sin “hasta luego”,
por si te compran
o te pierdes vendiendo,
por si te consumes en el cenicero
de cualquier poeta de verdades,
por si te duermes entre rimas
o te conviertes en olvido...
No te vayas sin saber que lo supe desde el principio:
Que sé de tus mal-gastadas artes,
de tus damas sin resquicios,
de tus gustos y pretensiones,
y de tu manía
de alquilar corazones.
No te vayas o te duermas,
inspiración mía
sin saber que supe desde el principio:
Que la trajisteis tú y el viento,
sin causa ni azar,
y la hicisteis cruzar
con más de una mirada mía
Que sé que la posasteis sobre mis brazos
cuando justo yo estaba con las manos
vacías y extendidas,
y en mi garganta vibraba
lo mismo que lloraba, lo mismo que pedía,
lo mismo que tenía, que sentía o reclamaba...
nada.
Que sé que me trajisteis su halo
para ver si yo sentía.
Y sensí,
os dejé sin aire ni pulso,
lo pude notar.
Pero hasta un ladrón
tiene derecho a descansar.
No te vayas o te consumas,
inspiración mía
sin saber que supe desde el principio:
Que supe
que ella era más de dar caricias
y de despedirse con un “te quiero”
y que yo era más de mirar cómo dormía
y dolerme cuando al irse...
mentía.
Que supe entonces y sé ahora
que ni tú, inspiración mía,
ni el viento que mece,
debisteís traerme a la poesía
Que supe entonces y sé ahora
que ni tú, inspiración mía,
ni el viento que mece,
debisteís traerme a la poesía
No hay comentarios:
Publicar un comentario