Tengo una canción que no sale de mi cabeza
y un barco que sólo zarpa a islas desiertas
Tengo una habitación llena de epitafios
y un corazón que a veces bombea ausencia
Tengo una ventana abierta
llena de cosas que no son mías.
y una puerta cerrada
que sabe de mis heridas
Mi cama está plagada de dolores de cabeza
y mi almohada se ha ido a comprar al chino
un libro de autoayuda y unos ansiolíticos
por si no vuelvo
solo
Tengo adelantado mi reloj unas siete primaveras
y un avispero ha crecido dentro de mi ordenador.
No me quita el sueño,
porque tengo voz, palabras, silencio y lo que me queda del
amor
por si nos estalla una guerra
y se nos mueren la paz y las fronteras.
Bajo las costuras de los bolsillos
donde las manos no alcanzarían
tengo guardada media docena de recuerdos
contigo en casi todos
sin ti en la mayoría
Sobre el armario tengo una maleta vacía
y llena de viajes.
Dentro hay más de seis pares de calzado enterrados en sus
cartones
los doce con la misma manía de reducirlo todo a dos
direcciones:
camino de ida hasta la salida
camino de vuelta de tus pecas
Tengo tres tangos,
una rumba sin colores,
un blues tocado por blancos
y un rap sin respeto
escondidos en algún rincón de la habitación
También cuelga del techo más de una caricia,
en un jarrón hay un manojo de prisas
y bajo la alfombra alguien ha escondido todos nuestros
polvos,
juro no haber sido yo.
Tengo vecinos:
La razón y la fe,
ya saben ellos que me mudé a estos tres puntos suspensivos
Tengo pocas ganas de reír
lágrimas con claustrofobia
viento en las comisuras
y una armónica tristona
Tengo pocas ganas de escribir
y las ganas que tengo son de decir
que tenga lo que tenga
has de saber que tú, me tienes a mí
incluidas mis cadenas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario