Te llamo, hoy me gustaría
sacarte las cosquillas y hacerles el amor.
Después salir con ellas a emborracharme
a sitios
que nunca ha visto el Sol.
Partirnos la agenda y los tiempos a golpe de infancia.
Decirle que no al primer chino que quiera vendernos una flor
y comprarle el ramo entero al que nos venga hablando de amor.
Que desayunemos un amanecer para uno
pero nos lo comamos los dos.
Dejar de rimar, mirar tus antiguos mensajes de
ya-no-me-acuerdo que red social.
Sonreír, palidecer la noche que parecía gris y creerme
perdido entre tanto “si”.
Luego quiero encontrarte, te vuelvo a llamar a las tantas y no
respondes
te quiero aquí, te quiero llorar, oírte partir
y después
dejarte marchar.
Para que me quiero a mí, si te tengo a ti.
A mí la poesía nunca se me dio bien. Soy más de hacerte
llorar, de aprender a consolarte recordándote que siempre hubo heridas más
grandes. Como si quisiera calmarte enseñándote los dientes.
Te vuelvo a llamar pero no me lo coges
seguro que tú siempre hacías el amor pendiente del móvil,
prefiriendo los “te quiero” online
y los gemidos, siempre, fuera de cobertura
Me desquicio y cierro el puño. Hoy voy a pegarle al viento
hasta que me traiga el cielo que nos prometió. Grito y si no me entiendes, pues
ladro.
Suspiro y pienso: “Hagamos de corazón un puñado de tripas”.
Salgo y me lanzo a la primera que me ve, le hablo de lo bonito que encierra en
sus ojos, le invito a la copa que yo no me bebo, la saco a la puerta del antro
a contar las estrellas que nos deje ver la luz de las farolas. Le hablo de sus
labios, de su piel, de lo suave que es y de lo mucho que te echo de menos… la
llamo por tu nombre, le digo quien eres, le hablo de lo fácil que es morirse
por ti y de lo difícil que es vivir contigo…
y cuando quiero acordar, ya no está.
Se fue.
y cuando quiero acordar, ya no está.
Se fue.
Te vuelvo a llamar. No me lo coges y siento: "hoy antes de dormir, seguro que la
sal me llega a los labios"
Lo he intentado todo y no hay manera
no hay forma de encontrarte… a este paso
empezaré a buscarte.
"A mí la poesía nunca se me dio bien. Soy más de hacerte llorar, de aprender a consolarte recordándote que siempre hubo heridas más grandes. Como si quisiera calmarte enseñándote los dientes".
ResponderEliminarPor esto, y por muchas cosas más, tal vez, escribas realmente bien.
Es muy bonito el poema y con mucha personalidad.
Me gusta.
Un saludo.
http://retales-de-mis-noches-de-insomnio.blogspot.com.es/
Muchas gracias María Isabel, un comentario aquí dentro es como una brisa de aire fresca por fuera. Un abrazo!
ResponderEliminarMe encantó. Felicidades, Kiko.
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